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5 características de tu coche moderno que DS inventó hace 70 años

¿Tu coche está repleto de tecnología que crees que es nueva? ¡Te equivocas! El Citroën DS la inventó hace 70 años. ¡Aquí tienes la prueba!

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5 características de tu coche moderno que DS inventó hace 70 años

Piensa un momento en tu coche aparcado abajo. Ya sea un sedán alemán de alta gama, un SUV familiar o un compacto eléctrico de vanguardia, probablemente esté repleto de tecnología que te parece completamente contemporánea. Faros que iluminan las curvas, suspensión que suaviza las imperfecciones de la carretera, frenado superpotente... Das todo esto por sentado, como fruto del progreso de los últimos diez o veinte años. ¿Y si te dijéramos que la mayoría de estos "inventos" modernos ya existían en 1955? Esto no es ciencia ficción; es la historia del Citroën DS. Presentado en el Salón del Automóvil de París de ese año, no solo impactó al público con su diseño de ovni; literalmente definió el futuro del automóvil. La "Diosa" no era un coche, era una profecía sobre ruedas. Aquí tienes cinco pruebas, cinco tecnologías que usas a diario, que son el legado directo de esta genialidad francesa.

La mirada que anticipa el camino

5 características de tu coche moderno que DS inventó hace 70 años

Al subirse hoy a un coche de alta gama, el vendedor probablemente elogiará las virtudes de los faros adaptativos, "direccionales" o "Matrix LED". Esta tecnología, que permite que las luces pivoten para iluminar el interior de una curva incluso antes de entrar, se promociona como una revolución en seguridad. Es cierto. Solo que esta revolución tuvo lugar en 1967. En el DS. Mucho antes de los microprocesadores y los sensores de ángulo de dirección, los ingenieros de Citroën desarrollaron un sistema puramente mecánico tan simple como brillante. Los proyectores interiores de largo alcance estaban conectados mediante un conjunto de cables y varillajes directamente a la cremallera de dirección. Como resultado, al girar el volante, el haz de luz recorría la curva, convirtiendo la noche en día allí donde realmente importaba. Donde otros coches te dejaban ciego al encarar la curva, el DS te ofrecía una ventaja casi adivinatoria. La tecnología ha cambiado, de cableada a electrónica, pero el concepto fundamental sigue siendo el mismo: ver antes de girar. Cada vez que tu coche moderno toma una curva para ti, sin querer está rindiendo homenaje al ingenio mecánico de su abuela francesa.

La alfombra voladora producida en masa

5 características de tu coche moderno que DS inventó hace 70 años

La comodidad es el nuevo lujo. La máxima búsqueda de los fabricantes premium es aislar el habitáculo de las imperfecciones del mundo exterior. Para lograrlo, emplean joyas tecnológicas: suspensión neumática controlada por cámara, amortiguadores adaptativos y sistemas activos que cuestan el precio de un coche urbano pequeño. Todo ello en un intento por recrear la sensación que Citroën ofreció al público general ya en 1955. La suspensión hidroneumática del DS es legendaria, y con razón. Olvídense de los muelles de acero y los amortiguadores convencionales. El sistema del DS se basaba en una bomba de alta presión, un fluido especial (el famoso LHM verde) y esferas de nitrógeno. Este gas actuaba como un resorte de increíble flexibilidad. El sistema no solo le permitía sortear baches con un silencio y una suavidad que aún hoy sorprenden, sino que también ofrecía dos ventajas que las marcas de lujo están "reinventando" con un gran gasto. La primera es la altura constante de la carrocería: tanto si ibas solo a bordo como con cuatro pasajeros y el maletero lleno, el coche mantenía la misma altura y estabilidad. La segunda es la altura de la suspensión ajustable, que permite elevar el coche para superar un obstáculo o cambiar una rueda sin gato. Cuando su Range Rover o Mercedes GLS se "levanta" sobre su suspensión neumática, simplemente está copiando un truco de magia inventado hace siete décadas.

El legado de la diosa: ayer y hoy
Innovación en la DS (1955-1975)Su equivalente moderno (2025)El beneficio para usted
Suspensión hidroneumáticaSuspensiones neumáticas activas (p. ej., Mercedes Airmatic)Comodidad imperial, estabilidad y retención del equilibrio
Faros direccionales (1967)Faros adaptativos / Matrix LEDMayor seguridad al iluminar el interior de las curvas
Frenos de disco de alta presiónFrenado ABS con asistencia hidráulicaGran potencia de frenado con el mínimo esfuerzo
Diseño aerodinámico integralOptimización del Cx para la eficiencia (especialmente en vehículos eléctricos)Economía de combustible/autonomía, silencio y estabilidad
Estructura de panel atornilladoArquitecturas de plataformas modularesCostes de reparación reducidos y flexibilidad de producción

El poder de frenado de un avión de combate

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Hablemos de frenado. Hoy en día, incluso el coche urbano más modesto es capaz de deceleraciones potentes y duraderas. Esto se debe a dos cosas: frenos de disco y asistencia de frenado. A menudo olvidamos lo diferentes que eran las cosas en la década de 50, cuando las berlinas pesadas se conformaban con frenos de tambor que perdían toda eficacia tras dos o tres frenadas fuertes. El DS arrasó con todo eso. Fue el primer coche de producción en serie del mundo en combinar frenos de disco delanteros (donde son más efectivos) con asistencia hidráulica de alta presión. Esta asistencia era tan potente que Citroën sustituyó el pedal de freno tradicional, que requiere un largo recorrido, por un "seta" de goma en el suelo. Apenas se hundía; se ajustaba con la presión del pie. Desconcertante al principio, pero endiabladamente efectivo. La potencia de frenado del DS era fenomenal para su época, a años luz de la competencia. Hoy en día, tu coche está equipado con frenos de disco en las cuatro ruedas y un "Mastervac" que amplifica la fuerza del pedal. El principio es idéntico, aunque el efecto hongo ha desaparecido en favor del pedal habitual. La idea de ofrecer una potencia de frenado excepcional y fácilmente ajustable al mayor número de personas posible es un legado directo del DS.

La obsesión por esculpir el aire

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Fíjese en el tráfico. Cada coche nuevo, y en especial cada vehículo eléctrico, es el resultado de incontables horas invertidas en el túnel de viento. El coeficiente aerodinámico (Cd) se ha convertido en un importante argumento de marketing, ya que una buena aerodinámica es sinónimo de silencio, estabilidad y, sobre todo, mayor autonomía o menor consumo de combustible. Esta obsesión por la penetración del aire, que determina todo el diseño automotriz actual, fue uno de los pilares del diseño del DS. En 1955, cuando los coches estadounidenses lucían aletas de cohete y los europeos aún eran muy cuadrados, el DS parecía una gota de agua. Su perfil aerodinámico, su morro inclinado, su carenado inferior casi plano, su zaga inclinada y sus ruedas traseras carenadas no eran solo un capricho del diseñador. Todo era funcional. Con un Cd de alrededor de 0.38, era increíblemente más aerodinámico que sus contemporáneos. Esta ventaja le permitía alcanzar altas velocidades con un motor relativamente modesto, a la vez que consumía menos combustible y ofrecía una estabilidad imponente en autopista. El lenguaje formal ha cambiado, pero la filosofía se mantiene. La DS fue la primera en demostrar a gran escala que se gana más trabajando con el viento que luchando contra él.

Piel y huesos: una estructura revolucionaria

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El último punto es quizás el más sutil, pero llega a la esencia de cómo se fabrican los autos hoy en día. Antes del DS, la mayoría de los autos dependían de un chasis separado, pesado y rígido, sobre el cual se montaba la carrocería. El DS popularizó un enfoque mucho más inteligente. La verdadera estructura, el esqueleto del auto, era una plataforma compleja y altamente duradera similar a una carcasa, diseñada para absorber la energía del impacto. Todos los paneles de la carrocería se atornillaban a esta base: los guardabarros, las puertas, el capó e incluso el techo. Estos elementos no tenían ninguna función estructural. Eran simplemente una piel, una cubierta. ¿El atractivo? Primero, la reparación. ¿Un guardabarros dañado? Se puede desatornillar y reemplazar en minutos, sin afectar la integridad estructural del auto. Segundo, la flexibilidad. Este método permitió a carroceros como Chapron crear sublimes descapotables y cupés modificando solo el exterior, dejando intacta la brillante plataforma del sedán. Este concepto de plataforma modular es ahora el estándar absoluto en la industria. Grupos como Volkswagen con su plataforma MQB o Stellantis con sus nuevas arquitecturas STLA crean una base técnica común (chasis, suspensiones, motorización) sobre la que pueden integrar carrocerías y estilos muy diversos, desde un SUV hasta una berlina. Esta flexibilidad industrial y facilidad de reparación se deben en gran medida al DS.

Así que, la próxima vez que conduzcas de noche, sintiendo la suspensión trabajando para mayor comodidad o frenando con urgencia, piensa en esta increíble Diosa. No solo era hermosa; llevaba en su interior los genes del coche que conduces hoy. Nos recuerda que la innovación no se trata solo de añadir pantallas más grandes; se trata de tener la valentía de replantear fundamentalmente la relación entre el hombre, la máquina y la carretera. Una lección de audacia que, 70 años después, sigue siendo extraordinariamente moderna.

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